Sesún informa EsPlásticos, plataforma, en un comunicado, los plásticos son materiales seguros y versátiles, por ello se encuentran muy presentes en la industria del envase y sus cualidades son idóneas para favorecer la circularidad y la reutilización de forma sostenible y segura.
De hecho, son los materiales más regulados para que, por ejemplo, su reciclado esté en contacto con alimentos. Y nos permiten reinventar los envases, aumentando la duración de sus ciclos de uso, e incluso fabricar otros envases reutilizables sostenibles, a través de la producción con materiales plásticos reciclados , lo que favorece la jerarquía de residuos y va en línea con la tendencia en Europa de ir hacia un modelo más basado en la reutilización dejando atrás el usar y tirar. Los envases reutilizables suponen una apuesta por un futuro sostenible en el que se generen menos residuos, lo que beneficia tanto al fabricante, como al consumidor y al planeta, siempre y cuando no se ponga en riesgo la higiene y seguridad del consumidor.
Estamos a favor de reducir y prevenir los residuos, pero apostamos por hacerlo teniendo en cuenta todos los envases de un solo uso, sean del material que sean, con el fin de no incrementar los residuos y la huella ambiental de posibles materiales alternativos de mayor peso.
Según las últimas estadísticas de Eurostat, desde 2009 a 2020, en Europa el residuo de envases generado de papel y cartón fue el más elevado, contribuyendo con 32,7 millones de toneladas frente a los 15 millones de toneladas de material envasado plástico. En este período, el uso de envases de cartón por habitante ha aumentado 14 kilos y el plástico lo ha hecho sólo en 7 kilos/habitante. Solamente en 2020 el gasto en packaging correspondía en un 40% al papel y cartón frente al 19% de plástico. El 50% del papel utilizado en la UE está destinado al sector del packaging, en multitud de casos para aplicaciones de un solo uso ya que la capacidad del papel para ofrecer envases reutilizables es limitada.
Tal como revela el informe Climate impact of plastics de McKinsey, los envases de plástico permiten conservar y mantener los alimentos de forma segura contribuyendo en su prevención higiénico-sanitaria. La función del plástico es clave y se demostró a través de un estudio en el que la consultora analizó 14 aplicaciones alternativas al plástico, como el metal o el vidrio y las soluciones de plástico proporcionaron menores emisiones de GEI en 13 de las 14 aplicaciones en las que se comparó.
Según los análisis de ciclo de vida, los plásticos son la alternativa más ecológica en la mayoría de las aplicaciones pues es el material de envasado más eficiente.
El uso de alternativas al plástico -como el vidrio, metal, cartón, etc.- supondría:
• Aumentar en 3,5 veces el uso de un material que tras su uso también se convierte en residuo
• Aumentar 2,5 veces el consumo de energía, recursos en producción y transporte (como ocurre con el consumo de 300 litros de agua por la fabricación de un kilogramo de cartón)
• Triplicar las emisiones de gases efecto invernadero según el estudio Denkstatt Envases.
Hiperregulación del sector
La prohibición de plásticos de un solo uso ha supuesto un duro golpe para el desarrollo de las empresas. Llevamos años siendo sometidos a una hiperregulación que está lejos de favorecer al sector y hay ejemplos de ello en: España único país de la Unión Europea que cuenta con un impuesto especial a los envases de plástico; Reino Unido donde las empresas no podrán suministrar, vender ni ofrecer determinados artículos de plástico de un solo uso - entre los que se encuentran platos, cuencos, bandejas, cubiertos y otros envases de poliestireno- a partir del uno de octubre de 2023; y Alemania que transpone el artículo 8 de la directiva SUP, Responsabilidad Ampliada del Productor, y ha anunciado las ecotasas a los artículos plásticos afectados.
En definitiva, queremos incidir en que los plásticos en sí mimos no son el problema sino la mala gestión del residuo y su abandono en el medio ambiente. Para asegurar su sostenibilidad se debe garantizar la correcta gestión de su fin de vida por parte de toda la sociedad (consumidores, fabricantes, recicladores, instituciones, etc.) y fomentar medidas de reutilización para tratar de reducir el monouso basándose en el análisis de ciclo de vida y en un criterio científico y riguroso