Existen grandes retos relacionados con la implementación de modelos de envases plásticos reutilizables. La colaboración entre las empresas usuarias y comercializadoras de los envases y los centros tecnológicos es clave para el éxito de estas nuevas soluciones de envase. AIMPLAS, el Instituto Tecnológico del Plástico en Valencia, apuesta por los envases reutilizables como una opción más para la transición desde una economía lineal a una economía circular, a través de diferentes proyectos de I+D y de su nueva marca de certificación europea “Designed to be reusable".
En la actualidad, las nuevas normativas europeas están promoviendo un enfoque de la actividad industrial hacia la sostenibilidad. Así, por ejemplo, de acuerdo con la estrategia europea de plásticos, en 2030 todos los envases comercializados en la Unión Europea deberán ser reciclables, reutilizables o compostables.
A un nivel conceptual, Europa apuesta por una jerarquía de residuos, entre ellos los residuos plásticos, como un instrumento normativo para una economía circular que desvincule el crecimiento económico de la generación de residuos. Los cinco niveles de la jerarquía de residuos, que son:
- Prevención/minimización. Es la cúspide de la pirámide y se compone del conjunto de medidas adoptadas en las etapas de concepción y diseño (ecodiseño), producción, distribución y consumo de un producto, con el fin de evitar la producción de más residuos de los estrictamente necesarios, evitando así los impactos adversos en el medio ambiente asociados a estos, así como un excesivo consumo de recursos energéticos y materias primas.
- Reutilización. Consiste en la comprobación, limpieza o reparación de productos o componentes de productos que ya se hayan convertido en residuos porque han alcanzado el final de su vida útil. El objetivo es que puedan ser reutilizados sin necesidad de realizar en ellos grandes transformaciones al margen de las señaladas.
- Reciclado. Supone la valorización de los residuos de manera que estos son transformados en nuevos materiales, productos o sustancias.
- Recuperación. Este nivel incluye otro tipo de valorizaciones como la energética o la transformación de residuos en materiales que se vayan a utilizar como combustibles o para operaciones de relleno.
- Eliminación. Incluye toda una serie de técnicas y tratamientos fisicoquímicos, biológicos y térmicos, como por ejemplo la incineración.
Una adecuada aplicación de la jerarquía de residuos puede producir numerosos beneficios tanto medioambientales (prevención de emisiones nocivas, reducción de los niveles de contaminación, mejor gestión de los recursos naturales), como económicos (ahorros, mejor reputación, creación de empleo) para las empresas y la comunidad.
En este sentido, en el caso concreto de los residuos de envases plásticos la industria requiere de estrategias y herramientas que permitan realizar adaptaciones en los envases en busca de la mejora de la sostenibilidad ambiental. Así, la sustitución de estructuras de envase multicapa o multimaterial por envases monocapa o monomaterial, la transición desde los envases de un solo uso a los envases reutilizables o la sustitución de los materiales tradicionales por materiales compostables, son estrategias que, junto con el ecodiseño y la digitalización como herramientas facilitadoras, permiten a las empresas innovar y ser más competitivas en este ámbito. La elección de una estrategia u otra como la más adecuada, depende enormemente de la tipología de envase y de la aplicación final del mismo. Por otro lado, los sistemas actuales de gestión de los residuos de envases, así como las infraestructuras existentes para los sistemas y procesos de reciclaje y compostaje, condicionan cada una de estas las estrategias.
En Europa, en los últimos años los mayores avances se han centrado principalmente en el reciclaje. Sin embargo, la reutilización en comparación con el reciclaje y con el compostaje, conserva más el valor intrínseco del producto en términos de energía, materiales, mano de obra y capital.
En España, el Real Decreto 1055/2022 de envases y residuos de envases define el envase reutilizable como aquel "concebido, diseñado y comercializado para realizar múltiples circuitos o rotaciones a lo largo de su ciclo de vida, siendo rellenado o reutilizado con el mismo fin para el que fue concebido". Por otro lado, la ley 7/2022, de residuos y suelos contaminados para una economía circular, contempla fomentar la fabricación y el uso de envases reutilizables con criterios de ecodiseño.
Para ello, la norma UNE-EN 13429:2005 establece los criterios para que un envase se considere reutilizable. Estos criterios están relacionados con aspectos como el diseño del envase, la posibilidad de un uso repetido considerando siempre el mismo uso para el que el envase fue concebido en su origen, y la existencia de un sistema de reacondicionamiento del envase entre diferentes ciclos de uso, como puede ser una etapa de higienización o una reparación del envase, así como posibles sistemas de recarga o rellenado. En la actualidad, esta norma está siendo revisada en el comité de normalización europeo, donde se espera actualización en las definiciones de reutilización y de refill o rellenado.
En términos generales, se diferencian 2 modelos diferentes de reutilización:
- Modelo de circuito abierto: en el que se incluyen dos modalidades
- Comercialización de productos de recarga que mantienen la seguridad del producto evitando la contaminación del mismo, como son productos cosméticos, hasta que el usuario final o consumidor empieza a utilizar el envase al igual que ocurre con los productos envasados en envases de un solo uso.
- Rellenado en el punto de venta, adecuado para productos con menor riesgo como son los productos de detergencia y de productos de higiene personal.
- Modelo de circuito cerrado: comercialización de productos en envases reutilizables a través de circuitos cerrados donde controlar la trazabilidad, higienización y/o gestión de residuos.
El modelo de recarga ya es conocido en el caso de envases del sector de la cosmética, higiene y cuidado personal, pudiéndose ver en el mercado champús, cremas, perfumes y productos de maquillaje rellenables o recargables.
El modelo basado en el rellenado en el punto de venta también está implementado fuera de España, en países como Alemania, donde el envase es identificado en la estación de rellenado dispuesta en el punto de venta y se produce el rellenado con la cantidad exacta de producto, dependiendo del tipo y volumen del envase en cada caso.
El modelo de circuito cerrado está implementado desde hace tiempo en aplicaciones muy concretas, como es el caso de bidones utilizados en una amplia variedad de actividades industriales, y de los grandes recipientes para mercancías a granel (GRG), muy empleados por las industrias alimentaria y química, especialmente desarrollados para responder a las necesidades de transporte y almacenamiento de productos líquidos, así como para proporcionar un vaciado óptimo de los productos envasados.
Actualmente, en el sector HORECA se está incrementando el empleo de diversos recipientes plásticos reutilizables, como los implementados por diferentes cadenas de comida rápida, take-away y restaurantes, empleando materiales duraderos y resistentes a la temperatura como el tritán o el polipropileno (PP), ya que, dependiendo del caso, pueden requerir resistencia al llenado en caliente, a la radiación microondas y por último al lavado en lavavajillas.
Sin embargo, existen grandes retos relacionados con la implementación de modelos de envases plásticos reutilizables, éstos relacionados con la mejora de propiedades de los materiales de envase, como son las propiedades térmicas, de resistencia al rayado o de resistencia química entre otros, que garanticen los diferentes ciclos de uso del envase; aspectos relacionados con la implementación de un modelo de gestión y logística de los propios envases, principalmente en el caso de envases domésticos, tras cada uno de los ciclos de uso para su trazabilidad, recuperación y acondicionamiento; aspectos relacionados con el ecodiseño, para garantizar el rellenado de los envases y su mayor durabilidad antes de convertirse en un residuo de envase. En este sentido, la colaboración entre las empresas usuarias y comercializadoras de los envases y los centros tecnológicos es clave para el éxito de estas nuevas soluciones de envase.
AIMPLAS, el Instituto Tecnológico del Plástico en Valencia, apuesta por los envases reutilizables como una opción más para la transición desde una economía linear a una economía circular. En esta línea, participa en proyectos de I+D+i para el desarrollo de soluciones de envase reutilizables para diferentes sectores, como son el proyecto ECOSMARTPACK4.0 y el proyecto BUDDIE-PACK.
Proyecto ECOSMARTPACK4.0
El proyecto ECOSMARTPACK4.0 fase piloto, financiado por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, ha logrado desarrollar y validar un prototipo funcional de envase circular inteligente y reutilizable, además de una plataforma digital para su trazabilidad. El proyecto, en el que han participado la Agrupación Empresarial Innovadora Feeling Innovation by Stanpa, la start-up tecnológica Szentia, las pymes Tectron, Vicedo Martí, Babaria y AIMPLAS, ha consistido en la integración de dispositivos inteligentes diseñados para la identificación y trazabilidad del envase a lo largo de toda la cadena de distribución y logística, así como para la interacción con el consumidor, durante sus múltiples ciclos de vida. El desarrollo ha hecho uso de tecnologías innovadoras, como son las tecnologías de electrónica impresa o flexible para el desarrollo de una antena RFID para la identificación y trazabilidad del envase, o la tecnología In-mould Electronics, que permite integrar los sensores inteligentes en el cuerpo del envase durante el propio proceso de fabricación del mismo.
Además, el proyecto ha contemplado el diseño y ejecución de módulos de software de una plataforma digital para la trazabilidad de los envases reutilizables y unívocamente identificados durante su vida útil. Este proyecto ofrece al sector cosmético una innovadora solución de envase reutilizable basada en tecnologías digitales, validada desde el punto de vista funcional (rendimiento de la antena RFID integrada y de la plataforma digital, compatibilidad envase-producto, aptitud para contacto alimentario), de aceptación del consumidor a través de la realización de un piloto en dos puntos de venta, así como demostrando los beneficios medioambientales asociados a este nuevo modelo de envase respecto a un envase equivalente de un solo uso.
Proyecto BUDDIE-PACK
Financiado por la Unión Europea (HORIZON-CL6- 2021- CIRBIO-01 GA Number: 101059923) reúne a 19 socios de 6 países diferentes. El proyecto BUDDIE-PACK comenzó en septiembre del 2022, y su duración es de tres años y medio con un presupuesto de cerca de 7 millones de euros.
BUDDIE-PACK es un proyecto de economía circular, que tiene como objetivo implementar un enfoque sistémico para el despliegue a gran escala de envases de plástico reutilizables (PPR) basado en un enfoque multidisciplinar que combina innovaciones sociales, tecnológicas y económicas. El objetivo final de BUDDIE-PACK es reducir la producción de envases de plástico de un solo uso, reducir el consumo de agua y energía y evitar la liberación de microplásticos a los océanos, mediante el empleo de envases plásticos reutilizables.
BUDDIE-PACK estudia diferentes modelos de reutilización, repartidos en 6 diferentes casos de estudio, que se resumen en modelos de devolución del envase:
- “on site”, lo que permite una excelente trazabilidad;
- “From home”, lo que supone un riesgo adicional para la seguridad, ya que no se puede rastrear el uso que hacen los consumidores en casa.
Unos de los grandes ejes del proyecto es estudiar y aprovechar la innovación conductual de los usuarios para promover la aceptación de los envases de plástico reutilizables.
Por otro lado, se trabaja en el desarrollo de sinergias entre la piscología del consumidor y las innovaciones tecnológicas, para fabricar envases que cumplan con los exigentes requisitos de los productos, se trabaja en diseños innovadores, en envases utilizando materiales reciclables y se estudian las mejoras sobre estos para alargar la vida útil de los envases.
Además, el proyecto estudia soluciones de limpieza innovadoras para garantizar la seguridad de los consumidores frente a la posible contaminación y envejecimiento de los envases de plástico reutilizables, durante su uso repetido, y la durabilidad de sus propiedades funcionales para evitar el deterioro de los alimentos.
Y por último y no menos importante, BUDDIE-PACK estudia los modelos económicos para garantizar la sostenibilidad real de las soluciones propuestas a largo plazo.
Certificación europea “Designed to be reusable"
Además, AIMPLAS dispone de una nueva marca de certificación europea certificación europea “Designed to be reusable". AIMPLAS”. Su obtención significa que AIMPLAS, como centro de investigación referente a nivel internacional, avala que el producto ha sido concebido, diseñado y comercializado para que, durante su ciclo de vida, pueda ser reutilizado de forma segura varias veces para entrar en contacto con alimentos, pudiendo ser sometido a un proceso de lavado entre usos consecutivos. Incluyendo principios básicos como peso y volumen mínimo, adecuación a la comercialización (REACH) y fin de vida adecuado del producto.
AIMPLAS ayuda a las empresas en el cumplimiento de la legislación de envase reutilizable y en el desarrollo de soluciones de envase reutilizable. No dudes en contactar con nosotros para saber más sobre nuestras soluciones y servicios en envase reutilizable.